“¿Qué es el chamamé…? Muchas veces me han formulado esta pregunta. Hoy, yo les respondo El chamamé, amigos míos, es el alma del campiriño expresado en notas musicales a través de una guitarra, un acordeón o un bandoneón. En manos de sufridos paisanos, los instrumentos típicos producen efectos maravillosos. El campiriño da al chamamé sonoridad dulce y melodiosa, su “yo” inmenso, infinito, le presta ese payé que lo inspira para que pueda expresar a través de todos los matices el sentimiento que el chamamé tiene. Ríe y lora, canta y suspira, es lánguido y rebelde y, sobre todo, gimen sus notas musicales de manera sin igual en sus cadencias. Se puede decir que a través de las paredes de las distintas cajas de los instrumentos que se emplean, en su interior habitara un duendecillo, que el intérprete campiriño despierta. Dicho duendecillo deberá contarnos maravillosas y misteriosas historias capaces de transportarnos a otro mundo más noble, elevado y sincero. Capaces de hacer olvidar las muchas y tremendas injusticias de la vida. De su dolor. De su angustia. En una palabra, el chamamé es ora una lágrima, ora un sentimiento, ora una pasión de amor que revive a través de su compás tierno, dulce, cadencioso, todo el amor que el campiriño siente por su tierra y por su guayna. El chamamé escuchado a la distancia, lejos del terruño, es lejanía cautivante, es emocionante y sugestivo.” “en esta recorrida que estamos efectuando sobre los distintos instrumentos musicales que los padres jesuitas enseñaron a ejecutar a los aborígenes, es muy importante porque cuanto más conozcamos sobre el origen de estos instrumentos, mejor vamos a comprender el origen del arte nativo del litoral. A través de ellos veremos que es imposible que los indios guaraníes de esta comarca donde nace, posteriormente, el arte nativo de Corrientes, tuvieran una música folclórica. Anticipemos que la polka paraguaya o polkita correntina tuvieron un solo origen: se folclorizan separadamente de la polka alemana, que llega al Río de la Plata hacia 1843, traída por marinos tanto alemanes, como ingleses, franceses o italianos. En las luchas que se entablan en nuestro litoral, Corrientes, Entre Ríos, seguramente más de un paisano escuchó los primeros acordes de esta polka alemana, ya que también, por ese entonces, llegan los primeros acordeones. No olvidemos que el vals europeo era conocido tanto en Buenos Aires como en las principales ciudades de nuestro país, como en Montevideo, hacia 1820. ¿Cuál es la diferencia de la llamada “polea paraguaya” de la “polkita correntina”…? .La polka paraguaya es más vibrante, mas movediza, más “kireí”, es decir briosa, vivaz y la polkita correntina (polkita, dice el correntino porque le tiene u profundo cariño y llega a su corazón profundamente, de ahí que dijera “polkita” en forma más afectiva), es mas “cangí”, es decir, más lánguida, más cadenciosa, más tierna, más romántica”. Fragmentos extraídos del libro “Historia del chamamé, cuatro siglos con la música del litoral” de Ricardo R. Visconti Vallejos